Para entender y dejar en claro que nutrición y alimentación no son lo mismo y sí que ambos están implicados, es necesario definirlos a grandes rasgos:
Nutrición hace referencia a los procesos químicos que nuestro organismo lleva a cabo una vez que los alimentos son ingeridos.
Alimentación refiere a los hábitos que los individuos llevamos a cabo en la elección de los alimentos.
Por esto es que podemos clasificar nuestra alimentación en saludable y no saludable, teniendo entonces consecuencias directas en la nutrición. Por lo tanto, el desempeño físico e intelectual se verán afectados.
La alimentación no saludable tiene como desenlace una serie enfermedades como ser: colesterol, presión arterial, diabetes e insulinemia basal, elevado pes, problemas en la dentición y crecimientos, etc.
La institución cree que es importante que cada niño tenga un seguimiento importante en sus hábitos alimenticios con el fin de no condenarlo a todas estas enfermedades y tener una vida sana.
¿Cómo lo podemos revertir? Como docentes preocupa y ocupa, por lo tanto, en cada aula se busca trabajar desde las diferentes áreas del programa:
Área de conocimiento de la naturaleza (controles pediátricos, nutrición, ingestión, dieta, aparato digestivo y excretor)
Área del conocimiento de la lengua (lectura de envases, textos publicitarios, argumentación y medios masivos de comunicación)
Luego de trabajar los conceptos mencionados, se busca la reflexión de alumnos y sus familias, con el fin de establecer pautas sobre una alimentación y dieta balanceada.
Para esto se hace necesario que la teoría acompañe a la praxis, es decir, que el niño comience a llevar ingestas basadas en frutas, lácteos (crema, yogurt, flan, etc.) gelatinas, bizcochuelos, etc.